Las nuevas generaciones no han tenido la suerte de participar o presenciar ese fabuloso movimiento popular que en los 90 abarcó varios países en una reacción en cadena, que terminó con la dictadura comunista y que se conoce como “la caída del muro de Berlín”. Parecía que ese triunfo le daba fortaleza política al imperialismo por toda una era. Sin embargo, solo han pasado 20 años y ya estamos presenciando otro hecho histórico tan o más importante que la caída de la dictadura comunista: la caída de las dictaduras imperialistas en los países árabes.
Los levantamientos populares son consecuencias directas de la crisis mundial del sistema capitalista, que es causada por la sobreproducción. Las altas tecnologías desplazan a miles de millones de personas en el mundo, hacen crecer la pobreza a niveles nunca vistos, provocan la desnutrición y la muerte de millones de personas en todo el planeta. Por eso, en todas las movilizaciones, junto al reclamo de “fuera la dictadura” va el pedido de trabajo, mejores salarios, contra la inflación, contra los despidos. La crisis nos iguala a todos los países del mundo. Lo que reclaman los pueblos árabes, reflejan el propio reclamo de los habitantes de la Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Estados unidos, Europa.
En esta situación, aunque todos sufren las calamidades del capitalismo, los jóvenes de todos los sectores sociales que se encuentran sin empleo y por lo tanto sin futuro, son los más combativos, los más audaces, la vanguardia de las luchas revolucionarias. Creemos que esto es lo que vamos a ver de aquí en adelante.
En el siglo pasado, “el sujeto social” que protagonizó y encabezó las primeras revoluciones, fue la clase obrera industrial, debido a que las fábricas todavía trabajaban con maquinarias poco tecnificadas y que por lo tanto, necesitaban mucha mano de obra. La clase obrera industrial era la más castigada por la superexplotación capitalista y al mismo tiempo era el sector social más concentrado y por eso mismo, el mejor organizado. Así se hizo la Revolución Rusa de 1917.
Pero a mediados del siglo XX, la clase obrera industrial comenzó a sufrir el desarrollo del maquinismo, la desocupación y la desorganización. Su lugar fue tomado por el campesinado. Ese fue el sector social que encabezó la revolución china, la cubana, la vietnamita o nicaragüense.
¿Es posible que ahora veamos estallidos sociales que volteen gobiernos y regimenes capitalistas, donde participen todas las clases populares: obreros, campesinos, clase media, pero donde la vanguardia sean las juventudes de todos los sectores, tal cual hemos visto en los países árabes?
De lo que estamos seguros es que el imperialismo está perdiendo rápidamente su solidez económica y su dominio político en todo el mundo. En todas partes es repudiado y sus representantes dictatoriales empiezan a ser expulsados.
Los levantamientos populares son consecuencias directas de la crisis mundial del sistema capitalista, que es causada por la sobreproducción. Las altas tecnologías desplazan a miles de millones de personas en el mundo, hacen crecer la pobreza a niveles nunca vistos, provocan la desnutrición y la muerte de millones de personas en todo el planeta. Por eso, en todas las movilizaciones, junto al reclamo de “fuera la dictadura” va el pedido de trabajo, mejores salarios, contra la inflación, contra los despidos. La crisis nos iguala a todos los países del mundo. Lo que reclaman los pueblos árabes, reflejan el propio reclamo de los habitantes de la Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Estados unidos, Europa.
En esta situación, aunque todos sufren las calamidades del capitalismo, los jóvenes de todos los sectores sociales que se encuentran sin empleo y por lo tanto sin futuro, son los más combativos, los más audaces, la vanguardia de las luchas revolucionarias. Creemos que esto es lo que vamos a ver de aquí en adelante.
En el siglo pasado, “el sujeto social” que protagonizó y encabezó las primeras revoluciones, fue la clase obrera industrial, debido a que las fábricas todavía trabajaban con maquinarias poco tecnificadas y que por lo tanto, necesitaban mucha mano de obra. La clase obrera industrial era la más castigada por la superexplotación capitalista y al mismo tiempo era el sector social más concentrado y por eso mismo, el mejor organizado. Así se hizo la Revolución Rusa de 1917.
Pero a mediados del siglo XX, la clase obrera industrial comenzó a sufrir el desarrollo del maquinismo, la desocupación y la desorganización. Su lugar fue tomado por el campesinado. Ese fue el sector social que encabezó la revolución china, la cubana, la vietnamita o nicaragüense.
¿Es posible que ahora veamos estallidos sociales que volteen gobiernos y regimenes capitalistas, donde participen todas las clases populares: obreros, campesinos, clase media, pero donde la vanguardia sean las juventudes de todos los sectores, tal cual hemos visto en los países árabes?
De lo que estamos seguros es que el imperialismo está perdiendo rápidamente su solidez económica y su dominio político en todo el mundo. En todas partes es repudiado y sus representantes dictatoriales empiezan a ser expulsados.
Ovidio Pepe
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