EE.UU es el líder del capitalismo mundial y por lo tanto tiene la obligación de sacar al resto de las naciones de la crisis en la que están sumidas desde hace más de tres años. Pero qué se puede esperar de los yanquis, si ni ellos mismos pueden solucionar sus propios problemas económicos y políticos.La mejor política que se les ocurrió fue subsidiar a las empresas industriales, de servicios y a los bancos en crisis, con miles de millones de dólares para que produzcan más y bajen los precios. En esto llevan gastados un billón y medio de dólares. Y en la primera semana de noviembre del 2010, volvieron a la política de los subsidios. Esta vez soltaron al mercado 600.000 millones de dólares. Pero todo es como curar un cáncer con antibióticos para la gripe, ya que los problemas no son de oferta, sino de demanda, o sea, que hay abundancia y lo que falta es consumo, ya que existe una masa creciente de desocupados, víctimas de las altas tecnologías, que no pueden comprar nada. Las consecuencias son que el consumo cae y con él las ventas, mientras que las empresas están llenas de dinero y no saben qué hacer con ello.
Todo esto hace que el dólar se devalúe y crezca la inflación. Según el diario Financial Times, las “grandes empresas no financieras están llenas de dinero. Pero no es el costo del crédito lo que las detiene, sino la incertidumbre sobre el futuro de la demanda”.
Los trabajadores reclaman que los subsidios vayan para los consumidores, ya que son ellos los que hacen mover la rueda de la economía. O sea, los que producen y demandan. Entre ellos la bronca contra el gobierno de Barack Obama sube. Porque no sólo crece el desempleo, sino también la inflación y la pobreza. En las elecciones de los primeros días de octubre del 2010, el Gobierno recibió una feroz paliza. La oposición sumó 60 bancas y se quedó con la Cámara de Diputados.
Los que luchamos contra el sistema capitalista debemos aprovechar la crisis crónica del imperialismo para desarrollar los movimientos obreros y populares y prepararnos para imponer gobiernos de los trabajadores y los pueblos país por país, avanzando hacia el socialismo en todo el planeta.
Todo esto hace que el dólar se devalúe y crezca la inflación. Según el diario Financial Times, las “grandes empresas no financieras están llenas de dinero. Pero no es el costo del crédito lo que las detiene, sino la incertidumbre sobre el futuro de la demanda”.
Los trabajadores reclaman que los subsidios vayan para los consumidores, ya que son ellos los que hacen mover la rueda de la economía. O sea, los que producen y demandan. Entre ellos la bronca contra el gobierno de Barack Obama sube. Porque no sólo crece el desempleo, sino también la inflación y la pobreza. En las elecciones de los primeros días de octubre del 2010, el Gobierno recibió una feroz paliza. La oposición sumó 60 bancas y se quedó con la Cámara de Diputados.
Los que luchamos contra el sistema capitalista debemos aprovechar la crisis crónica del imperialismo para desarrollar los movimientos obreros y populares y prepararnos para imponer gobiernos de los trabajadores y los pueblos país por país, avanzando hacia el socialismo en todo el planeta.
Ovidio Pepe, MIJD BsAs
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