domingo, 26 de septiembre de 2010

Paraná Metal: escrache a Casino de Cristobal López


"Ya no damos más, estamos cansados de tanto tironeo. Pero que quede claro que acá en la ruta vamos a aguantar todo lo que sea necesario ”. La voz de José Díaz, delegado y operario de Paraná Metal, apenas se escucha del otro lado del teléfono. Y es lógico. El hombre reconoce estar “agotado” y “desesperanzado” por un conflicto que parece no tener solución. Ayer se completaron 24 días de corte ininterrumpido y acampe de los trabajadores de la autopartista santafesina en la autopista Rosario-Buenos Aires.

“Estamos mal, nunca imaginamos este escenario, estamos totalmente decepcionados”, dice Díaz a Clarín en relación al desplante de la empresa que el viernes hizo caer el preacuerdo que debía firmarse en el Ministerio de Trabajo.
La inesperada postura de la compañía de no rubricar el convenio al que se había llegado tras varios días de negociaciones, provocó el endurecimiento de las medidas de fuerza por parte de los trabajadores.

Ayer, de 7 a 19, la autopista estuvo cortada en forma total. El corte alcanzó también a las colectoras y a la ruta 21 , en donde los obreros interrumpieron el paso cada media hora. El bloqueo recién se flexibilizó a la noche para descomprimir la cola de vehículos varados. Hoy y mañana la protesta seguirá con igual modalidad.

Los trabajadores analizaron en asamblea la posibilidad de cortar además la ruta 8 que va a Pergamino . Aunque por falta de movilidad, finalmente desistieron. “Necesitamos como mínimo un colectivo para trasladarnos hasta allá y la verdad que no tenemos cómo costearlo”, reconoció Díaz. La iniciativa que sí prosperó, en cambio, fue la de hacer un “escrache” en el casino que el empresario Cristóbal López, uno de los dueños de la empresa, tiene en la entrada a Rosario., y que visitó Cristina Kirchner hace 10 días atrás. Hasta allí, se llegaron más de 150 trabajadores para “hacer ruido” y “alertar” a quienes frecuentan la zona de lo “inescrupuloso” de su accionar.

El martes por la tarde los empleados fueron convocados a una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo. Los delegados a cargo de las negociaciones ya anunciaron que buscarán por la “fuerza pública” a los directivos de la empresa, en caso de que éstos decidan ausentarse otra vez al cónclave. Los trabajadores pretenden que allí se firme el acuerdo al que había llegado de palabra con la empresa. El convenio que está sobre la mesa incluye la continuidad de los 900 trabajadores (360 en forma activa y el resto en un esquema rotativo de suspensiones) y la permanencia de la firma al frente de la planta. El Estado comprometía aportar 500 mil pesos anuales para solventar parte del acuerdo.

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